mayo 09, 2013





Abogados se retiran del caso Chevron relativo a la sentencia ecuatoriana

Por Adam Klasfeld- Courthouse News Service
6 de mayo de 2013       

 MANHATTAN (CN) Dos firmas de abogados ahora buscan retirarse del caso, luego de que sus clientes no pueden afrontar el costo de defenderse de reclamos tras obtener de manera fraudulenta una sentencia de 19 mil millones en contra de Chevron en Ecuador.
 "Esto es un caso extraordinario que se ha transformado en una farsa al más puro estilo de Dickens”,  escribió John Keker, de la firma Keker & Van Nest de la ciudad de San Francisco, en una moción de 15 páginas.   
Efectivamente, el litigio que ha tomado ya dos décadas, referente a contaminación petrolera en el  Ecuador, ha sido comparado con el caso  de Jarndyce vs. Jarndyce, una obra de ficción en la que varias generaciones de  personajes creados por Charles Dickens mueren antes de la resolución de un caso de disputa por una cuantiosa herencia. 
 El litigio relativo a la contaminación en la región amazónica se inició en Nueva York en 1993, cuando decenas de pobladores de la selva tropical demandaron a la empresa predecesora de Chevron, Texaco, ante una corte federal de Manhattan, acusando a la compañía petrolera de haber causado una crisis ambiental y de salud pública en la región en donde habitan 30.000 personas.   
En 2001, Chevron adquirió Texaco y convenció a la corte de Nueva York para que permitiera que el caso se dirimiera en Lago Agrio, Ecuador, en donde tuvieron lugar las perforaciones petroleras.   
Una vez en el Ecuador varios jueces presidieron el caso, siendo la mayoría de ellos recusados en medio de acusaciones de corrupción y escándalos, antes de que en febrero de 2011, tras diez años de litigar en el país, un juez finalmente ordenara a Chevron pagar miles de millones de dólares.    
Poco antes de que se emitiera el fallo, Chevron demandó en Nueva York a Steven Donziger, abogado neoyorquino de los ecuatorianos, afirmando ante un juez federal de Manhattan que el caso había sido corrompido por sobornos, redacciones clandestinas y extorsión.  
Aun cuando Lewis Kaplan, juez de distrito de los Estados Unidos,  emitió una orden preventiva que bloqueó la posibilidad de cobro de la sentencia en cualquier parte del mundo, además de establecer el inicio de un juicio para invalidarla, la corte del Segundo Circuito anuló dicha orden judicial y detuvo el juicio. La Corte argumentó que Kaplan no podía auto designarse como “árbitro internacional para ordenar al mundo entero qué sentencias merecen ser respetadas y en qué cortes de qué países deberían ser tratados como parias internacionales”.    
Sin inmutarse Kaplan determinó que la redacción de la decisión aún le permitía fijar el juicio para el mes de octubre, cuando se  determinaría si la sentencia es o no ejecutable.
Antes del inicio de este juicio, Chevron ha logrado aplastantes victorias relativas a sus acusaciones de fraude.
En los últimos meses los ecuatorianos han perdido a Burford Capital, su principal respaldo financiero;  a Stratus Consulting, la firma científica que respaldó, pero ahora niega  las demandas sobre contaminación; y Alberto Guerra, el primer juez que presidió el caso en el Ecuador y ahora sostiene haber sido sobornado para derrotar a Chevron. 
Al firmar como testigo de Chevron, Guerra entregó al gigante petrolero registros bancarios que muestran pagos mensuales en efectivo por 1.000 dólares, los que supuestamente fueron realizados por un empleado de los ecuatorianos.
Los ecuatorianos insistieron, en cada ocasión, que Chevron habría acosado o sobornado a sus testigos para que hagan tales declaraciones. Guerra, por ejemplo, ha recibido cientos de miles de dólares, para aparentemente mudarse a los Estados Unidos bajo su protección.
Chevron no ha negado haber realizado tales pagos y divulgó una transcripción de una reunión realizada  el 13 de julio de 2012  entre Guerra, un abogado de Chevron y un investigador privado, que muestra una oferta de 20.000 dólares en efectivo contenidos en un portafolio, hicieron notar los ecuatorianos.
En un giro irónico, la transcripción de la conversación muestra a Guerra quejándose de haber estado enfermo durante dos meses, luego de beber agua de un pozo ubicado en Sacha, un sitio petrolero en donde Texaco y otras compañías petroleras realizaron actividades de perforación petrolera. 
Chevron ha contrastado su “transparente” divulgación de la entrega de dinero de “protección” ofrecido a Guerra,  con la naturaleza “secreta” de los sobornos que sus adversarios supuestamente pagaron. 
"Si la mejor defensa de los abogados de los demandantes respecto de su fraude es una especie de equivalencia forzada, su caso es aún más frágil de lo que se ha informado”, dijo el portavoz de Chevron, Kent Robertson.
Donziger el viernes anunció que sus abogados desean retirarse del caso. En una declaración de prensa afirmó que “el objetivo de Chevron de negar nuestros derechos al debido proceso en los Estados Unidos agotando nuestros recursos financieros está funcionando”. 
Smyser Kaplan & Veselka, la firma que representa a dos de los 48 ecuatorianos a los que Chevron demandó, también anunció su retiro.   
Chevron ha presentado múltiples mociones para finiquitar el caso a su favor, argumentando que el supuesto fraude perpetrado en su contra es irrefutable.  
Mientras tanto, los abogados de Donziger y los ecuatorianos no guardan esperanza de lograr un resultado favorable y se quejan de no pueden darse el lujo de costear el litigio.
"A través de un litigio en el que se ha aplicado la política arrasar con todo, ejecutada por su ejército de cientos de abogados, Chevron está usando recursos ilimitados para aplastar a los acusados y ganar este caso por la fuerza más que por méritos”,  escribió Keker en el texto en el que comunica su retiro, y agrega, "Dicho de manera muy simple, Donziger no puede pagar lo que se necesita para litigar efectivamente en contra de una corporación rica y hostil ante una corte también hostil”.
Tanto la firma de Keker como Smyser Kaplan estiman que sus clientes les deben más de 1,77 millones de dólares, por las acciones que han tomado.
Donziger, un abogado educado en Harvard, con 20 años de experiencia, piensa defender su propio caso, y el abogado Julio Gómez, con oficinas en Nueva York, quiere mantenerse como el único abogado de los ecuatorianos.
Al referirse al éxodo de los abogados como “un desarrollo sorpresivo” en el caso, el vocero de Chevron, Robertson, dijo: “Ninguna persona, organización o gobierno que goce de una buena reputación quisiera verse asociado a esta conspiración”.
Los ecuatorianos describen su maniobra como una forma de reorientar el uso de su dinero y energías sacándolos fuera del “pobre espectáculo” de Nueva York. Los demandantes han intentado cobrar la sentencia en Argentina, en donde una corte ha congelado los activos de Chevron, así como Brasil, donde el caso está aún pendiente y en Canadá, en donde un juez recientemente falló a favor de Chevron.
La compañía petrolera perdió una apelación en Argentina y los ecuatorianos anunciaron que apelarán el fallo en Canadá.
Entretanto, el Segundo Circuito este mes tiene programado analizar si se debería rechazar el caso en Nueva York  y Chevron continúa atacando la sentencia en un arbitraje internacional presentado en contra del gobierno ecuatoriano en Europa