mayo 09, 2013

Editorial



Lago Agrio, ciudad de obras represadas
Los meses de mayo y junio serán decisivos para el pueblo de Sucumbíos, porque al fin y después de tantos años de retraso, el Gobierno Central puso un plazo final a las autoridades locales, para que procedan  a receptar varias obras que se encuentran retrasadas, la culpa recae en el Gobierno Provincial y Municipal, por no ejecutar las pólizas de garantía, recaudar los dineros y contratar con otra empresa responsable.

Nadie sabe porqué el GADP-S y GADM-LA,  no sancionan a los responsables y ocultan la verdad a los ciudadanos, poniendo en duda quién es el verdadero contratista y porqué no se sanciona a ninguna persona que cobró su anticipo y abandonó la obra, aquí cabe preguntarse  ¿qué  ocultan las “autoridades” de control, ¿porqué no socializan las obras con la población?

Los ejecutores de las obras, las han retrasado intencionalmente, ya que es una gallinita de los huevos de oro. La intención es que duren más tiempo los trabajos, para que se pueda realizar más compras con sobreprecio, así participan todos los del circulo rosa, contratistas, fiscalizadores y las mismas autoridades (según denuncias presentadas en la Fiscalía y que reposan voluntariamente en el libro del olvido) además hay que considerar que las autoridades electas, tienen que pagar favores políticos y compromisos adquiridos en campaña y estos deben ser con contratos y prebendas.

Qué pena el desperdicio del dinero destinado para obras, conseguido por este pueblo valeroso y luchador de Sucumbíos y Orellana, quienes salieron a las calles a reclamar sus justos derechos a costa de vidas humanas, logrando algunos recursos para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes; en la actualidad las autoridades disfrutan de esos fondos, lastimosamente las obras contratadas tienen muchos años de retraso y otras se están esfumando, ¿quién responde por estos daños causados a la población? ¿Acaso no es el pueblo quien tiene que pagar los errores y horrores de la ineptitud de las autoridades?