Los críticos de Hollywood están delirando por “Love Letters” (Cartas de
amor), protagonizada por Mia Farrow y Brian Dennehy, particularmente por
Farrow. El New York Times dice que “su extraordinaria actuación… despide un
hechizo que rompe el corazón”.
Sin embargo, a varios miles de kilómetros, la gente en el Ecuador está
delirando por otra actuación de Mia Farrow en este año, una actuación que
también consideran que “rompe el corazón”, pero no de buena manera.
Ahora Farrow está desesperadamente intentando ignorar estas críticas.
Este papel fue facturado como un viaje para “mostrar su apoyo a los
indígenas” involucrados en una demanda masiva que acusa a Chevron, una compañía
petrolera de los Estados Unidos, de contaminar la selva tropical y envenenar a
la población local.
Lo más destacado de la dramática visita muestra a Farrow metiendo su
mano en el suelo y ante la prensa mundial presente en el sitio, levanta una
mano sucia, manchada con petróleo.
Las críticas fueron inmediatas y muy positivas. “¡Qué maravillosa es
Mia… qué modestia y solidaridad! ¡Gracias Mia!” se apuró a decir el presidente
ecuatoriano Rafael Correa.
El periódico de mayor circulación del país hizo notar que Farrow,
conocida por su “personalidad altruista”, era simplemente “una de las personas
más influyentes en el mundo”.
La visita de Farrow fue parte de una campaña centrada en una sentencia
emitida por una corte ecuatoriana en contra de Chevron, que ordena a la
compañía pagar la más grande sanción civil en la historia, 9.000 millones en compensación.
Sin embargo, como bien conoce Farrow por los distintos roles que ha
debido protagonizar, con mucha frecuencia las cosas toman un giro que dan un
vuelco a toda la trama, y eso es justamente lo que ha sucedido con su paseo al
Ecuador y el juicio contra Chevron.
Hace pocos meses una corte de Nueva York determinó que la sentencia en
contra de Chevron había sido obtenida a través de fraude y soborno,
especialmente ingeniado por el abogado de Manhattan, Steven Donziger. El fraude
era tan escandaloso que el juez consideró que la demanda ecuatoriana equivalía
a una asociación ilícita para lograr extorsionar millones a Chevron.
Las leyes RICO, generalmente utilizadas para combatir el crimen
organizado, ahora están siendo aplicadas en contra de Donziger y sus socios. El
caso estaba tan corrompido que resulta imposible enumerar aquí todas las
atrocidades cometidas.
Básicamente la corte determinó que los demandantes habían sobornado a
todos en el Ecuador, empezando por los peritos “independientes” y llegando
hasta los jueces. También corrompieron o mintieron a abogados y grupos
científicos en los Estados Unidos (puede conocer todos los vergonzosos detalles
en el reciente libro de Paul Barret “Law of the Jungle” o La Ley de la Selva).
Sin embargo, parecería ser que nada de estos turbios elementos habían
sido percibidos por Mia Farrow. En el peor de los casos, apareció como una
inocente rehén, una actriz que ingenuamente había estado intentando ayudar a
los campesinos en su lucha en contra de los ricos y poderosos.
Pero esta impresión solo duró hasta que se supo que el gobierno
ecuatoriano le había pagado en secreto $188.000 para que visitara la zona y
promocionara con bombos y platillos la campaña en contra de Chevron. Es posible
que su “mano sucia con petróleo, vista por el mundo entero” haya sido su rol
más lucrativo en su carrera como actriz.
La verdad se filtró luego de que la compañía estadounidense que servía
como canal para hacer los pagos fue obligada (bajo amenaza de enjuiciamiento) a
revelar que había estado trabajando de manera secreta para el estado
ecuatoriano.
El sueldo promedio en el Ecuador es de $300 por mes; el pago de $188.000
por un día de trabajo a Mia Farrow es una verdadera fortuna en el país. Por lo
tanto, la respuesta de los periodistas, los medios sociales y el público en
general ha sido muy condenatoria.
La excursión de Farrow al Ecuador fue noticia de primera página en el
país; se publicaron caricaturas burlándose de ella y de otros famosos por
haberse embolsillado astronómicas sumas de dinero mientras aparecían como
preocupados por la situación en la zona.
Un mensaje en Twitter decía que su autor habría estado dispuesto a darse
una ducha de petróleo solo por $10; otro dijo que hasta tomaría un baño de
petróleo por $1,000.
Aquí en casa, Mia Farrow está muy activa en los medios sociales, pero no
le pregunten por su actuación en el Ecuador; con toda seguridad te bloqueará
más rápido de lo que puedas decir “rumble in the jungle” o fragor en la selva.
En una ocasión envió un tweet en el que admitió haber recibido dinero
pero afirmaba que no había sido tanto lo que obtuvo. Pero cuando al mensaje le
siguió una avalancha de burlas y sarcasmos, borró el mencionado tweet. Ahora se
reúsa a responder preguntas sobre este escándalo.
No obstante, su público sudamericano está muy inquieto. No les ha
gustado el giro que ha tomado esta historia… todos tienen muchas preguntas que
hacer.
¿Será que Mia Farrow tiene el coraje de responder a las preguntas de sus
críticos y aparecer otra vez en escena? Su público espera una respuesta.