Con
la admisión del fondo de inversión Burford Capital y de la consultora
ambiental Stratus Consulting, incrementan los que se arrepienten de
haber colaborado con los demandantes y confiesan el fraude
Quito, 22 de Abril de 2013
- Chevron es víctima de un proceso judicial fraudulento en Ecuador,
auspiciado por abogados y financistas internacionales, con el propósito
de obtener una alucinantes suma de miles de millones de dólares, con el
pretexto de un supuesto impacto ambiental en la Amazonía. Ahora, varios
allegados de los demandantes han dicho finalmente la verdad.
Burford Capital,
un fondo de inversión que financió a los demandantes de Lago Agrio con 4
millones de dólares, concluyó su acuerdo de financiamiento con ellos en
2011 argumentando haber sido engañados por la conducta fraudulenta de
los abogados de los demandantes del caso. En una declaración jurada de
abril de 2013, Burford ha aceptado renunciar a cualquier interés
económico remanente en el caso. “Si Burford hubiese recibido la
información completa a la que tenía derecho en virtud del Acuerdo de
Financiación, sin duda no habría invertido en este asunto”, resaltó el
fondo de inversión en el comunicado.
Stratus Consulting,
fue la consultora ambiental principal de los abogados de los
demandantes en el juicio contra Chevron. Esta firma estadounidense acaba
de reconocer que no existe evidencia científica que sustente los
reclamos ambientales de los demandantes, diciendo en declaración jurada:“Rechazo
todos y cada uno de los resultados o conclusiones presentadas, tanto
en mis reportes como en mi testimonio en el Proyecto de Ecuador.
Lamento profundamente haber permitido que mi compañía y yo hayamos sido
utilizados en el litigio de Lago Agrio, como evidentemente lo fuimos…”
Exjuez Alberto Guerra,
el primer juez del caso en la Corte Provincial de Sucumbíos, confesó
que los abogados demandantes redactaron la sentencia a su favor, luego
que prometieron pagar al juez Nicolás Zambrano un soborno de 500 mil
dólares.
Bufete Kohn, Swift & Graf,
que financió a los demandantes durante muchos años y dejó de hacerlo.
“,…estoy asombrado por recientes manifestaciones concernientes a
contactos potencialmente inadecuados y carentes de ética, si no
ilegales, con el perito designado por la corte, el Sr. Cabrera, que
están saliendo a la luz…”, escribió Joseph Kohn, principal socio de la firma, en una carta dirigida al equipo legal de los demandantes.
David Russell,
ex asesor técnico de los demandantes, quién señaló: “Hasta la presente
no he visto ninguna documentación que indique que habría ninguna
contaminación significante superficial o de aguas subterráneas causadas
por petróleo ecuatoriano”.
Charles W. Calmbacher,
biólogo estadounidense, quien fuera el primer perito de los demandantes
en el juicio, reveló que los abogados de los demandantes falsificaron
informes técnicos utilizando su nombre y firma, de hecho, en testimonio
jurado, al revisar los informes que fueran entregados en su nombre
declaró: “No llegué a esas conclusiones y no escribí ese informe”.