abril 18, 2013

Editorial





DOÑA CORRUPTA

Se ha vuelto tan familiar,  que la encontramos en las diferentes instituciones públicas, privadas, organizaciones sociales, ONGs; entre otras.  Pero también se ha vuelto de talla internacional, viaja por todos los países y muchos de ellos son reconocidos por darle cabida, a través de múltiples formas; es decir el modus operandi es tan variado, que a veces resulta bastante difícil distinguirla o diferenciarla.
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En otras ocasiones se ha convertido en apellido de la burocracia, de la prensa y de muchas personas que la frecuentan como una verdadera familia; pero también es cierto que sus detractores, son quienes conviven con ella y tratan de endilgar a otras personas su modus vivendi y de esta manera confundir a la gente y desviar la atención.
Se parece mucho al camaleón, porque cambia de color y se acomoda fácilmente al medio, o a decir de otra manera,  se mimetiza muy fácilmente y engaña a más de uno; por esta razón a veces se confunde con lo que parece normal y cotidiano; por eso es que muchos ciudadanos aparecen de la noche a la mañana, como los nuevos millonarios, sin trabajar ni heredar.
Doña Corrupta, es prima hermana de las áreas que manejan recursos financieros, especialmente está incrustada en el sector público, pero también aparece en el sector privado o en las cuentas de algunos vivarachos, que se las ingenian cosas increíbles o maneras sutiles de estafar ya sea al Estado o a las personas.
Últimamente se ha descubierto que los departamentos de contabilidad de los GADs,  se han dedicado a ampliar los ámbitos de sus competencias, pues aparte de hacer el control previo, también se dan el trabajito de analizar costos, ya sea en obra pública y en adquisiciones, pese a existir los calculistas y los Departamentos de Compras Públicas.
Esta gestión adicional, no es precisamente para precautelar los intereses de la Institución; sino para contactarse telefónicamente con los contratistas y proveedores, comparar precios con otros proveedores y proformas rebuscadas, para poner en evidencia precios altos y estar en condiciones de chantajear y extorsionar al sufrido cliente, para que se afloje.
En estas circunstancias, el contratista o proveedor no le queda más remedio que aflojarse y compartir la ganancia, que fue colocada para soportar la famosa “Puja” y la negociación prevista en el Portal de Compras Públicas; sin embargo las primeras víctimas son aquellos personajes que trabajan en estos Departamentos y los Directores que han canalizado la solicitud.
Conozco de fuentes muy cercanas, que algunos Directores lo único que les interesa, son los equipos y materiales que necesitan, para cumplir eficientemente su trabajo; por lo tanto los procesos no son su prioridad o fuerte y confían en los responsables de llevar adelante los trámites; sin embargo pagan piso porque de alguna manera a través sus contactos, han logrado que un confiado proveedor les entregue los materiales y equipos; entonces son a ellos quienes presionan para que se les pague su mercadería.  Allí es donde intervienen la gente de mala fe, para hacer quedar mal  a sus propios compañeros, poniéndoles trabas y pretextos a los proveedores y contratistas,  para no pagarles y generalizar el criterio de que todos los GAD son tramposos y por eso nadie les quiere fiar o peor trabajar a crédito con ellos. ¡Tienen toda la razón! ¡Usted qué dice”

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VAMOS A LA REELECCIÓN

Se avecinan los tiempos de campaña y se calientan motores para iniciar este viaje lleno de baches, los mismos que hay que sortearlos de la manera más inteligente y audaz, para lograr el éxito deseado; por la opción de fracaso está descartada, para quienes están realmente convencidos de ganar.
En este tiempo ya se empieza a escucharse las intenciones de algunas autoridades de elección popular, quienes de manera pública o soterrada, han expresado su deseo de lanzarse a la reelección; claro que ellos nunca dicen que quieren continuar en el poder por su propio deseo, sino que les han pedido que lo hagan y como quieren servir; harán un pequeño sacrificio y se embarcarán en esta aventura.
Hay que reconocer que algunos Alcaldes y Prefectos, han hecho importante obra pública y social y por lo tanto tienen una buena carta de presentación, mientras que otros no tienen más mínima vergüenza de pretender reelegirse, seguramente ese es su desenfrenado deseo, porque la gente no está dispuesta a más engaños e inoperancia.
Muchos Alcaldes han basado su deseo de repetirse la dosis, en la gran obra realizada, a diferencia de la anterior administración; pero no dicen que ahora han recibido el triple de los recursos que sus predecesores y que la campaña gigantesca desarrollada desde el inicio de sus administraciones, ha logrado convencer o hacer creer a la gente, que son una eminencia, cuando la realidad es diferente o totalmente contraria.
Algunos de ellos de manera inteligente o sabida, han armado con mucha anticipación su maquinaria electoral y es por eso que se sientes seguros del triunfo y en algunos casos se creen autosuficientes, soberbios y prepotentes. En verdad que la plata y el poder los ha mareado y se creen eternos en el cargo o dueños de hacienda.
Los contratistas  se han comprometido y rejurado, que los apoyarán en la campaña electoral, pero yo no estaría muy confiado de ellos; porque eso mismo les dicen a los otros candidatos mejor opcionados, incluso se dan el lujo de financiar a dos y tres candidatos, por si acaso falle algún cálculo. No hay que olvidarse que muchos de ellos están indignados por el alto porcentaje que han tenido que pagar para lograr algunos contratos y en algunos de ellos casi han perdido o les ha tocado hacerlos mal para poder quedar bien con la obra, que dicho sea de paso ha quedado mal hecha y de pésima calidad.
Algunos precandidatos piensan que al pueblo se le ha olvidado los milagritos que han hecho, así como los errores garrafales que han cometido y que nunca supieron escuchar el clamor popular o la sugerencia bien intencionada de algún ciudadano consciente; tampoco se han olvidado que han trabajado de manera excluyente, así se llenen la boca diciendo lo contrario.
La inequidad es otro ingrediente que pesará mucho en esta campaña electoral, pues hay Alcaldes que en estos cuatro largos años de administración no han hecho absolutamente nada por determinado, barrio, recinto u organización; no sabemos con qué cara se vayan a presentar para pedir el voto. ¿Usted votaría por la reelección de este tipo de autoridad?