LLEGÓ LA NAVIDAD
Esta fecha tan ansiada por los niños
especialmente, llegó sin mayores contratiempos, pese a que de acuerdo al
calendario maya, se terminaba una era y se iniciaba desde cero y empezábamos
una nueva época, algo así como un cambio de época y no una época de cambios;
como lo llama su real majestad.
Lamentablemente esta celebración
siempre ha estado marcada por el mercantilismo, ha sido confundida con el
comercio y la compra venta de artículos; dejando atrás el verdadero sentido de
la Navidad, que significa Paz, Amor y sobre todo unidad de la familia, tan
venida a menos en estos tiempos cambiados.
Lo malo es que sigue habiendo
inequidad para las familias pobres, mientras unos disfrutan la noche buena con
pavos y chocolates, otros comen la típica sopa de quinua o chicha de yuca;
incluso todavía hay familias que se acuestan sin comer, por la difícil
situación económica que atraviesan sus hogares, porque sus padres no tienen
dinero, porque no hay trabajo o simplemente sus desalmados patronos no les
pagan.
Esta navidad debe significar también
perdón entre esposos, de padres a hijos o viceversa; no es posible que nos
tengamos que acostar con un peso en nuestra conciencia, sin haber perdonado a
nuestra familia, amigo o vecino; pero ese perdón debe nacer del alma y no por
conveniencia o costumbrismo.
La Navidad también debe ser
nacimiento de un nuevo ser o persona, es necesario que tengamos que cambiar
ciertos hábitos o mañas negativas que tenemos los seres humanos, quienes por
naturaleza estamos acostumbrados a lastimar o perjudicar a los más inocentes,
sean estos niños o adultos; es verdad que debemos hacer un gran esfuerzo, pero
resulta muy necesario y sobre todo gratificante.
Alejemos el odio que embarga nuestra
alma, la prepotencia y el egoísmo, despojémonos de tanta vanidad y seamos más
humildes; tratemos de imitar al niño Dios, que en su infinita grandeza, no hizo
alarde de su condición y se bajó a nuestro nivel, para compartir con todos y
darnos una excelente lección.
Tratemos de parar un poco el tiempo
y hagamos un examen a nuestra conciencia, para analizar y evaluar si se han
cumplido nuestras metas, pero sobre todo para ver si hemos sido más humanos y
que tanto bien hemos hecho o que tanto daño hemos causado; creo que es tiempo
de cambiar o arrepentirnos, porque el errar es humano y el perdonar es divino. ¡FELIZ
NAVIDAD 2.012!