diciembre 28, 2012

Editorial




LLEGÓ LA NAVIDAD

Esta fecha tan ansiada por los niños especialmente, llegó sin mayores contratiempos, pese a que de acuerdo al calendario maya, se terminaba una era y se iniciaba desde cero y empezábamos una nueva época, algo así como un cambio de época y no una época de cambios; como lo llama su real majestad.
Lamentablemente esta celebración siempre ha estado marcada por el mercantilismo, ha sido confundida con el comercio y la compra venta de artículos; dejando atrás el verdadero sentido de la Navidad, que significa Paz, Amor y sobre todo unidad de la familia, tan venida a menos en estos tiempos cambiados.
Lo malo es que sigue habiendo inequidad para las familias pobres, mientras unos disfrutan la noche buena con pavos y chocolates, otros comen la típica sopa de quinua o chicha de yuca; incluso todavía hay familias que se acuestan sin comer, por la difícil situación económica que atraviesan sus hogares, porque sus padres no tienen dinero, porque no hay trabajo o simplemente sus desalmados patronos no les pagan.
Esta navidad debe significar también perdón entre esposos, de padres a hijos o viceversa; no es posible que nos tengamos que acostar con un peso en nuestra conciencia, sin haber perdonado a nuestra familia, amigo o vecino; pero ese perdón debe nacer del alma y no por conveniencia o costumbrismo.
La Navidad también debe ser nacimiento de un nuevo ser o persona, es necesario que tengamos que cambiar ciertos hábitos o mañas negativas que tenemos los seres humanos, quienes por naturaleza estamos acostumbrados a lastimar o perjudicar a los más inocentes, sean estos niños o adultos; es verdad que debemos hacer un gran esfuerzo, pero resulta muy necesario y sobre todo gratificante.
Alejemos el odio que embarga nuestra alma, la prepotencia y el egoísmo, despojémonos de tanta vanidad y seamos más humildes; tratemos de imitar al niño Dios, que en su infinita grandeza, no hizo alarde de su condición y se bajó a nuestro nivel, para compartir con todos y darnos una excelente lección.
Tratemos de parar un poco el tiempo y hagamos un examen a nuestra conciencia, para analizar y evaluar si se han cumplido nuestras metas, pero sobre todo para ver si hemos sido más humanos y que tanto bien hemos hecho o que tanto daño hemos causado; creo que es tiempo de cambiar o arrepentirnos, porque el errar es humano y el perdonar es divino. ¡FELIZ NAVIDAD 2.012!