Miles comerciantes, trabajadores, miembros de Organizaciones Sociales, Agricultores, petroleros y amas de casa; se dieron cita al llamado que lo realizara el Comité Cívico de esta provincia, con la intención de llamar la atención del Gobierno, para que venga a la Amazonía, a escuchar las peticiones formuladas por la comunidad, que ya no aguanta más.
Las pocas
obras y servicios que esta provincia ha logrado conseguir a través de los años,
son el resultado de las intensas e históricas luchas que sus pobladores
mantuvieron; soportando garrote, gas, bala, incluso pérdidas de vidas humanas;
solicitando a los gobiernos de turno, lo que por ley nos corresponde.
Hay que
recordar, que en aquella época, las autoridades provinciales de Orellana y
Sucumbíos, se organizaron y conformaron
en Asamblea Biprovincial, compuesta y respaldada por habitantes y autoridades
de las dos hermanas provincias. Así fue como se integró este valeroso grupo de
ciudadanos, quienes lograron grandes objetivos.
Lamentablemente
y a decir de la ciudadanía, el actual Prefecto de Sucumbíos, no goza de
liderazgo ni credibilidad popular y jamás quiso unirse para reactivar la Asamblea Biprovincial, a pesar de haber
sido invitado a conformar un gran frente entre las dos provincias amazónicas;
la idea era de que unidos somos más y reclamar las obras que el Estado nos
adeuda, pero la falta de liderazgo nos tiene perjudicados.
Divide y
reinarás, es el refrán que el Gobierno está poniendo en práctica en Sucumbíos y
para ello practican el doble discurso y ponen a personas encargadas de difamar,
a través de las redes sociales, el buen nombre de las Autoridades; quienes han
cometido el único delito, de buscar la
forma de paliar la crisis económica, que viene padeciendo esta provincia.
La razón no
pide fuerza, lamentablemente nuestras autoridades no tienen la capacidad de
gestionar, ocasión que es aprovechada por el Gobierno, para desmentir,
confundirnos y dividirnos, señalando que en la Amazonía; es donde más se ha
invertido.
La verdad,
si existen algunas inversiones, pero retrasadas o paralizadas como elefantes
blancos, lo que no se entiende, es porqué sus costos se duplican o triplican,
si están paralizadas durante años. ¡Pero para el Gobierno son obras del
milenio!
En
Sucumbíos, la población se cansó y se conformó en Comité Cívico, donde miles de
ciudadanos desfilaron en una marcha pacífica, para reclamar sus derechos,
mientras que las autoridades locales, pertenecientes al Ejecutivo, minimizaron
el evento.
Lo que no se
entiende, es porqué le mienten a la gente, que se socializará, que se tendrán
que reunir en Quito; cuando todos conocemos que esto es una farsa y una forma
de engañar a la población; con tal de detenerlos para que no reclamen sus
derechos.
Lo que se
pide no es un regalo, son obras de compensación que quedaron relegadas por
daños ecológicos causados por las petroleras, a nuestra fauna, flora, ecología
y la vida misma. Son conquistas de nuestro valeroso pueblo amazónico que hasta
la presente fecha, no se cumplen.