SE VINO LA
COMPETENCIA
La competencia bien entendida es
buena, es decir quien se pone un negocio similar a otro, pero en las mismas
condiciones; ya sea en el aspecto financiero, marketing, ubicación estratégica
o variedad de productos ofrecidos al consumidor; caso contrario se convierte en
competencia desleal, porque compiten de manera desigual y acaba con los
negocios que han sobrevivido a fuertes crisis, pero han estado siempre
presentes, es decir en las buenas y en las malas han brindado sus servicios a
los clientes.
Hasta hace poco tiempo en Lago
Agrio se veía pocas panaderías, almacenes de ropa, restaurantes y peluquerías;
incluso la gente despectivamente decía que en Lago Agrio se encuentra más Bares
y Cantinas que hoteles y en cierto modo parecía que era verdad: ahora la
realidad es totalmente diferente, si bien es cierto se han disminuido los bares
y cantinas legales, pero en cambio han proliferado gran cantidad de estos
centros de diversión, pero de manera ilegal y con la venia de la Intendencia
General de Policía, Municipio, Salud y Bomberos.
La mayor parte de los almacenes
de ropa, restaurantes y sobre todo gabinetes de belleza, están siendo
administrados o son de propiedad de nuestros hermanos colombianos, porque dicho
sea de paso son gente de mucha “Verraquera” para trabajar y lo hacen con mucho
carisma y prueba de ello es tanto éxito en sus ventas.
Solamente en una cuadra de la
calle Eloy Alfaro, en el tramo de la Av. Colombia y Manabí, existen nada más y
nada menos, que la módica cantidad de SEIS
gabinetes de belleza, estos locales son muy elegantes y bien presentados y
están siendo atendidos por gente muy amable y profesional, o por lo menos que
saben hacer bien su trabajo.
Ahora viene una reflexión qué
pasa con nuestras innumerables artesanas, graduadas en las Academias de la
localidad, que se han esforzado para mejorar sus condiciones de vida y la de
sus familias, que han hecho un esfuerzo para estudiar o poner un gabinete y
ahora no tiene clientela y están a punto de quebrar económicamente, porque
incluso hasta se endeudaron.
La respuesta es muy simple, así
como los almacenes de ropa y restaurantes, nuestras y nuestros compatriotas,
deben mejorar sobre todo, la calidad de atención al cliente; porque en eso
radica el éxito de cualquier negocio, más allá de que sea elegante o no; lo más
importante es que su cliente se sienta bien atendido y regrese a requerir sus
servicios, incluso algunos le hacen buena propaganda.
Debemos recordar que hace pocos
años en Quito, se instalaron una serie de negocios de pollos a la brasa
denominados “GUZZ”, estos locales de a poco invadieron la ciudad, usted
encontraba uno en cada tres cuadras, por decir algo y en menos de dos años
habían cientos de ellos; todos estos eran muy elegantes, la atención excelente
y el personal estaba muy bien presentado
e impecable. Después de poco tiempo se
conoció que estos negocios, solo eran pantalla para lavado de activos (dinero)
y actualmente han desaparecido y la competencia desleal se fue con ellos.
INICIARON LAS CLASES
Algunos padres de familia dicen
en cambio: “inició el tormento”, porque en verdad los pone con los pelos de
punta cuando van a la escuela o al colegio y se encuentran con la lista de
útiles y luego cuando empieza el peregrinaje por las librerías y papelerías,
para averiguar los precios, al parecer todos estos negocios se han puesto de
acuerdo.
Anteriormente algunos colegios,
especialmente los particulares, pedían una lista de útiles que más parecía la
lista de la deuda mensual de la tienda vecina, porque era interminable y no
cabía en una sola hoja, porque en el mejor de los casos eran tres; por supuesto
que en esos tiempos se medía la calidad, por el gasto mayor del padre de
familia.
Pero no solo eso es el tormento,
también se ha convertido en pesadilla para unos padres de familia, que todavía
andan deambulando para conseguir una matrícula para sus hijos; porque estos
cambios realizados a la Nueva Ley de Educación, han significado verdaderos
dolores de cabeza para los alumnos, Padres de Familia y Profesores.
Hay que reconocer que algunos
cambios han sido buenos y merecen nuestro aplauso, pero hay ciertas cosas que
más bien han retrocedido y en lugar de mejorar la calidad de la educación, más
bien la están empobreciendo o degenerando; como eso de que ahora nadie pierde
el año o ese sistema del puntaje en el rendimiento del alumno.
Ojalá que se inicie la famosa
“calificación” de los colegios y escuelas fiscales y sobre todo los
particulares, en muchos de ellos en contubernio con la misma Dirección Provincial
de Educación Hispana de Sucumbíos y particularmente con la Junta Reguladora de
Precios, quienes permitían que se cobre cantidades exageradas, sin merecer o
justificar su infraestructura, personal docente y menos aún su excelencia
académica.
Los cambios realizados al sistema
educativo en las universidades, han sido objeto de muchos aplausos, a pesar de
que algunitos, se han parado de cabeza, porque se les acabó el negocio en donde
se involucraban algunos socios; mientras la mayoría de las y los estudiantes
universitarios, han sido beneficiados porque recién se está viendo la calidad y
excelencia, medida con otros parámetros.
Este ejercicio nuevo de los
“Distritos”, no se podría todavía calificar si fue una buena idea o no, porque
no hay resultados de su práctica, pero está generando más de un malestar a
todos los actores involucrados; a pesar de que se dice que todo cambio genera
resistencia, lo importante es que se permita las críticas y sugerencias al
nuevo sistema.
Los discursos emotivos de los Supervisores
de Educación, en los eventos de inauguración de los años lectivos en los
diferentes centros educativos, en su mayoría han sido conciliadores y llenos de
esperanza, así como los mensajes de los Directores y Rectores han estado
dirigidos a comprometer a los Padres de Familia, en el control de la disciplina
de sus hijos desde el hogar; a pesar de
que lamentablemente las leyes en la actualidad, permiten indisciplina y falta
de respeto hacia los mayores. Los
Profesores se ven cohibidos de ejercer autoridad con las y los alumnos que
anteponen sus “derechos”, ante conductas inapropiadas, que finalmente terminan
dándoles la razón a los menores. ¡Esta situación es muy grave, pero
lamentablemente y por ahora está fuera de control! Veamos qué pasa en el futuro.