Mientras
los familiares de los ecuatorianos fallecidos en el lamentable accidente de
Coca Codo Sinclair, no podían ingresar al cementerio de Lago Agrio a reconocer
los cadáveres de sus familiares; los chinos se paseaban por todo el cementerio,
entraban y salían sin ningún impedimento policial.
Esto
causó malestar de quienes se encontraban apostados en las afueras, sin poder
ingresar.